domingo, 17 de noviembre de 2013

Bíen de altura

Aquí tenéis un documental realizado por www.nuestravidasalvaje.blogspot.com con más de dos años de aventuras en imágenes. se puede ver porque nos apasiona lo que hacemos, espero que os guste este cortometraje que hemos intentado cargar de sentimiento con mucho esfuerzo y por supuesto con mucho gusto e ilusión. 

Nos vemos en la montaña!!


Bien de altura

jueves, 15 de agosto de 2013

Escalada en el Morro falqui

*Día 14 del 8 de 2013:

Bueno, pues esta vez hemos cogido las mochilas y nos hemos ido a pasar unos cuantos días en el sur.
Las casualidades de la vida nos han hecho toparnos con una grandísima persona y a partir de ahora también un amigo, (Basi), un escalador cargado de energía y motivación con mucho que ofrecer…
Ante su propuesta de escalar un acantilado de 170 metros, el cual le rondaba la conciencia desde hace algún tiempo, no pudimos oponer resistencia alguna a la idea, y para allá que tiramos.

A esta creación divina la llaman Morro falqui, en Alicante ,y la vía que escalaríamos se llama Sonjannika (6a+).

La ruta de aproximación era un camino estrecho con paredes a los lados, como si de un cañón en miniatura se tratase, con algunos pasos con cuerdas instaladas para des trepar.



En un momento nos plantamos en el pié de vía, con las olas rompiendo cuarenta metros bajo nuestros pies. Tan pronto como nos preparamos comenzamos a correr por la pared a las 6:00 de la tarde y con la protección de la sombra.


Uno tras otro vamos agotando los largos repartiéndolos equitativamente entre los tres. Estábamos levitando por esta roca caliza gris  y de buena calidad.
No tardamos en llegar a una cueva en mitad de la pared, una cueva muy peculiar y única en la que entrábamos todos perfectamente y desde donde se podía escuchar con tranquilidad el sonido lejano de las olas que habíamos dejado al final del pequeño abismo…


Al salir de esta cavidad nos esperaba un espectacular largo con un vacío completamente limpio. Aquí se pasaba por uno de esos momentos en los que  sientes la escalada y te notas pleno de energía y satisfacción, además era una escalada fácil y cómoda


Nuestro amigo Basi abrió el penúltimo y más difícil de los largos. Nos dio paso al último tramo, ya con un cielo que amenazaba con dejarnos a oscuras…

Ya abrimos el último tramo de 40 metros con apenas luz en el último momento, aunque esto no quita que la diversión no faltase en ningún momento.



Con el sol apagado y las estrellas encendidas coronamos la cumbre… resulta gratificante conocer a gente nueva y compartir una aventurilla como esta siempre que se dé la ocasión… está bien llevarse una nueva pared a casa, pero está mucho mejor haberla compartido con buena gente que merezca la pena.

miércoles, 10 de julio de 2013

El Torreón de Galayos

*Día 4 de julio del 2013:

Bueno, pues esta vez hemos salido unos cuantos días de Madrid y nos hemos adentrado en el corazón de Gredos: Galayos.

Llegamos a las puertas de Galayos con un cielo que lentamente se iba apagando. Pasamos una estupenda noche en este hotel de mil estrellas con la música que nos ofrecía el cercano río y el movimiento de las hojas que el suave viento sugería…
Poco antes de las 7:00 nos despiertan los primeros rayos de luz, es la hora de partir.
Después de recoger el “dormitorio” y acabar de preparar las mochilas comenzamos la marcha, que enseguida salimos del bosque para adentrarnos en un terreno inhóspito vigilado por un largo camino de rocas y custodiado por enormes y puntiagudas montañas…

Al son del amanecer estábamos avanzando Juanjo, Cristian y Javi. El camino es sorprendentemente cómodo.

Pasadas unas dos horas y media ya nos hemos adentrado en un territorio nuevo para nuestros ojos, dominado por imponentes agujas de granito que se alzan amenazantes hasta el cielo.

Juanjo con una cámara de vídeo sigue camino arriba, pero Cristian y Javi salen del sendero para aproximarse al Torreón.
Llevamos en mente el objetivo de escalar la cara sur del Torreón. Avanzamos hacia el pie de vía por un camino de complicadas y comprometidas trepadas situadas en una gran grieta que se emplea para acceder (o al menos eso creímos) a los pies del gigante. Podíamos haber accedido por un camino mucho menos complicado pero así fueron las cosas…
Ya estamos, ahora es cuando comienza la acción, nos encordamos, estamos listos y empezamos a disfrutar cuidadosamente de la gran aguja.

Unimos los dos primeros largos convirtiéndolos en una primera trepada de unos 55 metros. El principio de la vía tenía una roca algo descompuesta, pero nada importante… es una vía bastante alpina, fácil y con una roca de buena calidad. 


Como única protección encontramos algunos clavos antiguos y pitones, pero los friends entran bien en las fisuras. El entorno y la aventura nos hace sentirnos enérgicos positivos y fuertes.
Los escasos tres largos que nos dimos se podrían definir como sencillamente impresionantes. En apenas algo más de una hora y media ya estamos haciendo equilibrio sobre la cima.
Era una cumbre como la que dibujan los niños pequeños sobre un papel cuando están en pre escolares. Una pequeña superficie de medio metro por tres de largo ponía los límites entre el cielo y la tierra, y allí arriba estábamos nosotros, nos lo habíamos ganado, nos rodeaba un abismo por las cuatro caras del Torreón.
Con gran delicadeza nos pusimos de pié y gritamos con fuerza. Lo que se puede apreciar desde arriba es comparable con pocas cosas, hemos alcanzado un lugar especial, aquí arriba uno le ve por completo el sentido a la palabra escalar.


Este fue uno de esos momentos únicos que te ofrece la vida, y lo aprovechamos todo lo que pudimos comiendo y bebiendo tranquilamente en la cima.



Después de esto nos tocó hacer un rapel de vértigo, seguido de otros tres hasta llegar a las mochilas.

Y después, con un camino más tranquilo de bajada que de subida volvimos sobre nuestros pasos dados unas horas antes hasta llegar a la entrada de Galayos a refrescarnos…
¡Esperamos poder disfrutar así de muchas más escaladas traídas por el futuro!


jueves, 30 de mayo de 2013

Escalada en el Pico de la miel

*Día 16 de Mayo del 2013:

Saturados de escalada deportiva, cogimos los friends y hemos tirado hacia nuestro querido pico de la miel.

Amaneció un día frío pero soleado. Ascendimos el pequeño tramo obligatorio que se sube con mochila hasta el pié de vía, donde ya estábamos a las 10:15.
Íbamos Juanan, Cristian y Javi… era la primera escalada clásica de Juanan, por lo que nos decantamos por la mítica vía (el Espolón Manolín) una espectacular vía de 215 metros con tramos verticales pero sencillos, perfecta para disfrutar en altura y llevarse un buen recuerdo a casa.

El piedra, papel o tijera eligió a Cristian para abrirnos el primer largo, que acabó por empalmar los dos primeros largos escalándose 70 metros de una tirada.

Enseguida fuimos arrastrados por Cristian a través de los primeros cuartos de adherencia, que con el sol que nos empezó a dar de cuartos tenían poco, la temperatura que cogió la roca hizo algo más difícil el ascenso pero no fue un gran problema.
Ya estábamos en el quinto de adherencia que abrió Javi, aseguró la llegada de los compañeros… aquí pudimos sentarnos cómodamente a beber lo que el cuerpo nos exigía con las vistas merecidas.

Ya era la hora de afrontar el largo esperado, una espectacular fisura de V+ con un excelente canto para agarrar, terminada con una pequeña travesía en una altura superior a los 100 metros.
El afortunado al que le tocó abrir el largo fue a Javi…

Así, disfrutando del calor moderado y un ambiente lleno de cordadas, uno tras otro fuimos superando los largos en 3 estupendas horas que fue cuando llegamos a la cumbre.




El espolón Manolín es una vía espectacular, sin lugar a dudas cien por cien recomendable para todo aquel que quiera disfrutar de una escalada tranquila, fácil y segura en un día tan increíble como el que nos hizo a nosotros.




viernes, 15 de febrero de 2013

Trescientos metros de hielo


*Día 5 de febrero del 2013:

El martes, nos llegó suerte de todas partes… para empezar, fue un día de huelga en el instituto, y como no, nos preparamos las mochilas para una pequeña excursión en una de las montañas más bonitas de Madrid, nuestra querida Peñalara.
Algunos contratiempos nos hicieron llegar al puerto de la montaña a adelantadas horas de la mañana, pero no tardamos un minuto más en ponernos a andar…

Queríamos hacer algún corredor largo que aún no hubiéramos tocado, para llegar, recorrimos el camino normal que se frecuenta para ir a las lagunas, y una vez en la laguna de los pájaros hicimos la primera parada para comer algo antes de dar comienzo al empinado corredor.
Tuvimos una grandísima suerte con el día que no hizo, hacía el suficiente fresco como para no pasar mucho calor pero no tanto como para enfriarse en las paradas, también disfrutábamos de un cielo azul y unas sorprendentes vistas del panorama que ofrece la cara sur de Peñalara.


Tan pronto como echamos un vistazo a la enorme pared mientras bebíamos un trago, nos decidimos por el lugar que escalaríamos.
Se comenzaba con una nieve algo profunda que no pasaba de la mitad de la espinilla pero que poco a poco iba volviéndose más dura y compacta… en seguida tuvimos que dar uso de los piolets en una pendiente congelada con una inclinación notable.

A medida que ascendíamos, la montaña nos iba revelando su máximo esplendor con sus mares de nubes de olas flojas y la tranquilidad del gélido paisaje que solo podría haberse dado un martes como este…
La montaña hacía sentirse plenamente agradecido y confortado con el esfuerzo invertido.
Llegamos a un tramo que cedía descanso al perder inclinación, ya a pocos metros de la cima.


Continuamos por aquel tramo de paseo hasta retomar de nuevo la inclinación, el piolet hacía un sonido perfecto contra el hielo una y otra vez al compás de los crampones, con esta música llegamos animados a la cima tras haber escalado unos 300 metros de desnivel en este inmejorable día.

Cima de Peñalara

nuestros pasos por la cara sur de Peñalara






jueves, 7 de febrero de 2013

Siete Picos


Tras este paréntesis de largo tiempo sin actualizaciones en el blogg, queremos retomarlo con una de nuestras primeras marchas por la sierra en este año (2013).

*Día 20 de enero del 2013:

Nuestro blogg cumple un año, y volvemos para celebrarlo al mismo sitio de donde nació, a la Sierra de Guadarrama. Queriendo aprovechar la considerable capa de nieve que este invierno nos está ofreciendo, fuimos caminar un poco por Siete Picos.
En esta marcha nos acompañaban Lalo, un majísimo alumno suyo llamado Mario, Borja, Cristian y Javi.
De izquierda a derecha: Cristian, Borja, Javi y Lalo
 Salimos desde el puerto de Navarrulaque y comenzamos el camino internándonos en la montaña por una pista ancha en la que más tarde desembocarían los estrechos e irregulares caminos típicos del lugar...
Cada vez la nieve cubría más, pero sacamos las raquetas y se caminaba de maravilla. No hacía un tiempo muy despejado aunque de vez en cuando la vista nos alcanzaba a ver unos pocos kilómetros a lo lejos.

Ascendíamos por la falda de la montaña dirección al pico este, haciendo una larga travesía hasta el momento de atacar frontalmente la primera de estas siete.
A ratos, la nieve llegaba por encima de las rodillas y el frío de la altitud se hacía notar en el hielo adherido a las rocas y sus preciosas estalactitas colgando. Así que entramos en un corredor de breve inclinación por el que pudimos empequeñecer el pueblo más y más bajo nuestros pies.



Al poco de llegar a la primera cumbre, el corredor nos presentó una parte más técnica en la que tuvimos que hacer uso de los crampones y piolets. Trepamos por una cascadita de hielo de unos 5 metros y seguimos abriendo huella por la última y empinada pendiente que en ocasiones la nieve nos tragaba casi hasta la cadera.


 Después de estos últimos agotadores metros pudimos coronar la primera de las pequeñas cimas descansando y comiendo algo…

La espectacularidad del paisaje crecía a la par de los metros recorridos, una vez descansados nos fijamos las raquetas y andamos por este lugar, un lugar que no ofrecía ningún calor y nada de vistas por desgracia, pero ya en sí, no le faltaba nada para poder contemplarlo con profunda admiración.



Continuamos cresteando por la disfrutona zona sin perder detalle del paisaje, los arboles estaban medio sepulcrados por la nieve y eran totalmente blancos y cristalinos debido al hielo, casi podías ver tu reflejo en las enormes rocas de granito por la misma razón, y en el suelo se apreciaban pequeñas dunas de nieve de distintos tamaños y formas debido al viento, que como si de un molde se tratase había esculpido parte del lugar.


Pico por pico acabamos contando siete, y la inclinación de la montaña esta vez fue a favor de la gravedad, de modo que nos topamos con otro caminito de regreso.


Después de haber recorrido más de 13 kilómetros en montaña y haber caminado durante unas 7 horas llegamos al coche para volvernos ya gusto a casa con una ruta más en el bolsillo.